En nuestro último día en la capital portuguesa nos dedicamos a ver algunas cositas que nos habían quedado pendientes, entre ellas subir al Castillo de San Jorge y dar un paseo por Belém.
Empezamos la mañana en la Igreja do Carmo. Las ruinas de esta iglesia carmelita nos recuerdan irremediablemente el terremoto que sufrió la ciudad en 1755. En su entrecoro, única zona que sobrevivió, se encuentra en la actualidad un museo.
Justo al lado de las ruinas, podemos ver como se erige el Elevador de Santa Justa. En la parte superior hay un mirador desde el que se puede tener un vista impresionante del Rossio, la Baixa, el Castillo de San Jorge e incluso de las propias ruinas de la iglesia.
Continuamos nuestro paseo descendiendo hasta la Rua Augusta, por la que paseamos por última vez y aprovechamos para hacer unas compras y tomar un café, para después dirigirnos hacia la Plaza del Comercio. ¡Nos encanta esta plaza!, ¡Tiene muchísima vida!
Nuestra siguiente parada fue el Castillo de San Jorge, que para nosotros tiene una de las mejores panorámicas de Lisboa.
La subida hasta el Castillo se hace un poquito pesada y, aunque también podéis hacer el trayecto en tuc tuc, taxi o tranvía, os recomendamos que lo hagáis andando para no perderos cosas como la Catedral o los miradores de Santa Lucía y de las Puertas del Sol.
Junto a estos miradores que se encuentran al lado de la Catedral, podréis encontrar el mural que representa la historia de Lisboa a través de un comic.
Continuando la subida, comienza a sobresalir el impresionante Castillo de San Jorge, construido en el siglo V por los visigodos. El precio de la entrada es de 8,50€ y merece muchísimo la pena. En su interior podréis encontrar zonas ajardinadas en las que habitan multitud de pavos reales, visitar el Castillo en sí, ver representaciones/recreaciones de batallas e incluso exposiciones. Pero sin duda, por lo qué más merece la pena visitarlo es por sus impresionantes vistas de la ciudad.
Una vez finalizada la visita, quedamos con nuestros amigos y fuimos en coche hasta la zona de Belém.
Allí disfrutamos de un café y unos pastéis en la Antigua Confitería de Belém, antes de continuar la visita. Esta confitería es la que hace los pasteles originales. Llevan haciéndolos desde el año 1837, siguiendo una antigua receta del Monasterio de los Jerónimos.
Si queréis llevar pasteles a casa, os recomendamos que en vez de hacer la enorme cola que se forma, entréis dentro os toméis un café tranquilamente y ya de paso los compréis. Ahorraréis bastante tiempo.
Terminado el café, nos dirigimos hacia el Monasterio de los Jerónimos. Construido a principios del S. XVI, es la obra cumbre del estilo manuelino.
Si queréis visitarlo es mejor que vayáis a primera hora, porque siempre se forman unas colas enormes. Nosotros por cuestión de tiempo, solamente entramos en la iglesia, que es de libre acceso y hay mucha menos gente.
Tras esta breve parada, nos dirigimos hacia la rivera del río, lugar en el que se encuentra el Monumento a los Descubridores, erigido en 1960 para conmemorar que se cumplían 500 años de la muerte de Enrique el Navegante. En su interior, hay un ascensor que da acceso a un mirador desde el que podréis tener una panorámica del río y de la zona de Belém.
Continuando nuestro paseo por la orilla del Tajo, llegamos a nuestra última parada: la Torre de Belém. Esta torre defensiva construida en el S.XVI es una joya del estilo manuelino. También puede visitarse por dentro pagando una entrada de 6€.
Con este última visita dimos por terminado nuestro viaje de 3 días a la capital portuguesa. Una ciudad que enamora y a la que volveremos pronto.
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Ya sabes que yo no soy una gran fan de Lisboa (no le he terminado de encontrar el encanto), pero vuestros posts están consiguiendo que quiera darle otra oportunidad!! Así que espero poder ir este año y, sobre todo, utilizar esta guía que habéis preparado!! 😀
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Me ha recordado a uno de mis itinerarios cuando visité la ciudad pero me quedé sin probar los dulces 🙁 Las fotos preciosas!!!
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¡Muchas gracias Berta! Bueno, seguro que hay más oportunidades de volver y podrás probar los pasteles, que están riquísimos 😉
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